Pieza fundamental de cualquier equipo médico y capacitados para abordar la atención al paciente desde una perspectiva integral los enfermeros son, en muchas ocasiones, auténticos todoterrenos al servicio del paciente. Por ello, todo lo que puede hacer un enfermero en cada una de las especialidades es una de las dudas más frecuentes que nos planteáis en LO+EIR.
Para aclarar cuáles son las funciones básicas de una enfermera y de qué tareas se encarga en cada una de las áreas hemos elaborado para ti esta breve guía en la que descubrirás qué hace una enfermera en un centro de salud, qué hace un enfermero en medicina interna o qué hace un enfermero de urgencias y en quirófano, entre otras muchas cuestiones. ¡Comenzamos!
Lo cierto es que las tareas de una enfermera en un centro de salud son muy amplias, pues la transversalidad es lo que caracteriza en gran medida su labor. La ayuda a los pacientes durante el tratamiento y el proceso de recuperación es una de las más populares; la enfermera se encarga aquí de administrar el tratamiento pautado por el médico (vigilando horarios, frecuencias y medidas de cada toma) y aplica los tratamientos físicos pertinentes.
Su labor continúa con el seguimiento de los pacientes: debe cerciorarse de que la mejora es adecuada o detectar los posibles casos de involución. Será el principal contacto directo con el paciente y orientará al médico en función de los datos monitoreados.
Uno de los roles más gratificantes de las enfermeras en los centros de salud es la ayuda en la autonomía de los pacientes: son las guías de los autocuidados diarios que el paciente puede llevar a cabo encaminado a conseguir el alta, sintiéndose cada vez más capaz y más independiente para valerse por sí mismo de nuevo. En este sentido, las enfermeras se encargan de difundir información sanitaria de interés, tanto para los propios pacientes como para los familiares que los acompañan. Sus instrucciones pedagógicas son clave en el proceso de recuperación.
Actuar como facilitadora de la experiencia, tanto para los pacientes como para los cuidadores y familiares, es un rol que asumen también a menudo las enfermeras en los centros de salud, para el que además de un amplio conocimiento técnico se requieren grandes dosis de sensibilidad y empatía.
La medicina interna trata de abordar los problemas de salud de manera integral, por lo que el equipo médico que la integra considera que ninguna patología del paciente le es ajena a su responsabilidad.
Los servicios de enfermería juegan un papel clave en la atención integral que proporciona la medicina interna. Así, las enfermeras de este área se encargan de administrar los tratamientos, vigilar la estabilidad de los pacientes y coordinar los cuidados necesarios, haciendo, en muchas ocasiones, de enlace con los servicios de enfermería comunitaria.
Un enfermero en medicina interna se dedicará a valorar la evolución del paciente de manera continuada, encargado de advertir cualquier cambio patológico de interés en cada momento. Por ello, su participación en el diagnóstico y seguimiento de las enfermedades será crucial y se encargará de realizar también una labor pedagógica, indicando, tanto al paciente como a sus familiares, el protocolo a seguir de cara a la completa recuperación.
Como cabe esperar, un rol tan amplio hace que el enfermero en medicina interna asuma, entre otras muchas tareas, la realización de extracciones urgentes, la toma de constantes vitales, la repartición de medicación, los controles de glucemia capilar, la supervisión del reparto de dietas, el seguimiento del protocolo de prevención y curas de úlceras por presión (UPP), la revisión de las peticiones a laboratorio o la medición de la temperatura.
La enfermería de urgencias se caracteriza por la rapidez de respuesta ante accidentes, si bien comprende, a su vez, una serie de tareas de rutina para mantener las instalaciones a punto en el momento necesario.
Por ello, un enfermero de urgencias se encarga tanto de la valoración inicial de los pacientes que ingresan, de la realización de tratamientos ambulatorios y en sala (extracción de sangre o administración de medicamentos), de la solicitud de pruebas de diagnóstico y del registro de las constantes vitales, como de labores informativas y de acompañamiento (resuelve las dudas de pacientes y familiares, dirige a los pacientes a la zona de boxes o explica a los familiares los detalles del diagnóstico) y de tareas relacionadas con el acondicionamiento (revisa la sala de estabilización y se encarga de apoyar a los compañeros en la zona de boxes).
Desarrollar las tareas de enfermería en quirófano implica hacerlo en un entorno altamente técnico para el que se requiere la formación adecuada. Un enfermero de quirófano debe conocer cómo emplear todo tipo de equipos, dispositivos y maquinaria para que la cirugía sea efectuada siempre de forma segura.
El trabajo en quirófano es un trabajo en equipo que requiere de una gran coordinación y complicidad entre el personal médico, de la que el enfermero será una parte de gran importancia a la hora de proporcionar cuidados de enfermería independientes como cuidados de colaboración, según el caso: realizar los preparativos (comprobación de las constantes vitales, administración de los medicamentos, esterilización del material o marcar el lugar de la cirugía), así como la explicación oportuna de los procedimientos a seguir son tareas propias del enfermero de quirófano.
Como ves, las funciones del enfermero son muy amplias y requieren un alto grado de formación en todas las áreas. Para ofrecer un servicio de la máxima calidad asistencial en enfermería especializarse en un área concreta se vuelve un requisito fundamental. Y para ello el método de estudio que encontrarás en LO+EIR te lo pone muy fácil. Consúltanos sin compromiso: estaremos encantados de atender tus dudas y ayudarte a convertir tu pasión en tu verdadera profesión.
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