Códigos deontológicos y principios bioéticos de la enfermería

Los cuidados de enfermería están siendo esenciales para la atención a los pacientes hospitalizados por el SARS-CoV-2. La pandemia ha supuesto un reto en la práctica clínica para evaluar la respuesta del paciente y detectar rápidamente posibles complicaciones. Para crear protocolos que permitan la planificación y organización del trabajo, así como la toma de decisiones, los profesionales se están basando tanto en la bibliografía de enfermería clínica como en la corta pero densa experiencia de cuidados sobre esta pandemia. No son pocos los aspectos a considerar. Por lo que aquí enumeramos meramente algunos más relevantes. 

Esos cuidados deben dirigirse primeramente al propio personal sanitario que debe conocer los procedimientos específicos en estas unidades y contar con equipos de protección individual (EPI). Al tratar con enfermos de COVID, los distintos materiales deben aglutinarse con una logística que permita disminuir la entrada, siempre con EPI, en las habitaciones. En la organización del personal de enfermería debe considerarse la convergencia, dentro de lo posible, de la administración de medicamentos, toma de constantes, control de la oxigenoterapia y la nutrición, extracciones analíticas y otras pruebas. Observando los cambios de estado para poder actuar con celeridad en caso de ser necesario. Se debe aconsejar a los pacientes con autonomía de movimiento para que descansen el mayor tiempo posible en decúbito prono, combinando con lateral ladeado si les cuesta mantener la postura. O, en función de su estado, también en semi-Fowler durante el día.

Es también fundamental conocer toda la medicación disponible para la infección respiratoria del COVID y para el tratamiento de la sintomatología colateral que conlleva. Los casos pueden presentar diferentes grados de gravedad, síntomas y complicaciones añadidas que pueden generar un gran estrés emocional a los pacientes. Por ello es importante el apoyo emocional que puedan proporcionar las enfermeras, tanto a los pacientes, para hacer más llevadero el aislamiento, como a sus familiares. Sobre todo si se trata de preparar los cuidados paliativos en etapas finales, en los que se debe considerar los deseos y últimas voluntades de pacientes y a la familia. También debe existir un protocolo para gestionar con diligencia el alta por fallecimiento, para poder agilizar el traslado del cadáver al depósito y para que todas las personas que intervengan estén dotados con EPI apropiados. Para altas hospitalarias, el personal de enfermería se encarga de informar de las medidas como higiene, ventilación o aislamiento mientras persistan los síntomas.

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